Evolución de una protección al paciente
Nadie se encuentra exento de tener que efectuarse tratamientos y/o intervenciones quirúrgicas, tanto para sí mismo, como para los miembros de la familia.
Antiguamente se confiaba en los médicos de una manera, tal vez sobreestimada, respecto a sus cualidades personales y profesionales. Con el tiempo se comenzó a experimentar un aumento tal en la población que hizo que la gente no necesariamente conozca la capacidad, responsabilidad e idoneidad de los médicos en los cuales en cierta manera, de acuerdo a las circunstancias, pone la vida en sus manos.
En todos los oficios o profesiones, a medida que crecen en cantidad, las estadísticas que aplican para todo un universo de actividades, hace que cada vez se vaya teniendo más en cuenta que existen muy buenos, buenos, regulares y deficientes servicios de atención médica.
Con la práctica de protección al consumidor que comenzó a preocuparse por los servicios que recibían en todos los ámbitos, se comenzó a profundizar en verificar y denunciar a aquellos comerciantes o fabricantes de producto que no ofrecían una buena lealtad comercial.
En el caso de la salud, es un medio mucho más sensible, ya que no solo el bienestar de las personas, sino la vida misma dependen muchas veces de como se atiende a un paciente. Es algo que va más allá de los precios y calidad de los servicios, sino que quien se dedica a proporcionar cuidados a la salud, hace que su nivel de responsabilidad sea mucho más crítico.
En la vida diaria las cosas no suelen ser tan graves
Por suerte, la inmensa mayoría de los médicos e instituciones de la salud, cumplen con sus obligaciones y ponen la suficiente diligencia a fin de atender a los pacientes en forma eficiente.
Sin embargo, como decíamos antes, en todos los campos de la actividad económica, que en definitiva son llevados adelante por hombres y mujeres con sus defectos y virtudes, se suele encontrar profesionales de la salud o instituciones que actúan negligentemente, o como mínimo no esforzándose en acciones que estuvieron a su alcance realizar y que por negligencia no fueron llevadas a cabo.
Tanto para los médicos en general como para los hospitales y clínicas, su actividad es un medio de ganarse la vida, como se dice comúnmente, pero lo que está en juego en sus manos, excede las responsabilidades normales de una gran mayoría de ocupaciones en donde lo que está en juego por un hecho negligente suele solucionarse con hechos reparables como el cambio de un producto, extensión de garantía, etc. En la profesión relacionada con la medicina suele no haber segundas oportunidades, de allí la exigencia que se hace a quienes se ocupan de atender la salud de las personas.
La importancia de un abogado de Negligencia Médica
Cuando un paciente, o sus familiares, perciben claramente que no se les ha dado la atención que se les prometió o se comprometieron a darle, o bien el estado de su salud no ha mejorado o ha empeorado sin que le hayan satisfecho las respuestas o información recibida, es la hora de contactar a un abogado de mala praxis o negligencia médica, como quiera denominársela.
Por lo general no se tienen los conocimientos necesarios para efectuar una demanda, ya que es fundamental conocer el caso en profundidad, investigando como ha sido el proceder de un médico o de una institución.
El abogado especialista en mala praxis, analizará todas las pruebas, evidencias y testimonios y definirá si un paciente puede hacer una demanda en forma exitosa.
El abogado verificará si hubo faltas a la atención contratada, tanto en las condiciones como en las prácticas necesarias. Verificará si existieron signos de negligencia en los procedimientos, tratando de identificar dónde y quien la produjo. Por último deberá verificar que daños se produjeron en el paciente (su representado) en forma fehaciente mediante dictámenes médicos suficientes.
El abogado verificará que estén dados los actos necesarios para el inicio de la demanda, tales como que:
• El médico o la institución o sus dependientes incumplieron el deber legal de un proveedor de asistencia médica, ya sea por no haber aplicado en tiempo y forma los procedimientos estándares de una atención médica mínima. Esto deberá estar comprobado, salvo hechos obvios en que rija la doctrina “Res ipsa loquitur”, que significa: “la cosa habla por sí misma”.
• Que el incumplimiento o negligencia en la atención hayan sido la causa de una lesión en el paciente.
• Ratificando el punto anterior, a pesar de existir negligencia, si no se provocaron pérdidas físicas, económicas o emocionales no habrá caso para demandar.
Maneras de operar de los abogados especialistas
Hay bufetes de abogados que una vez que se han puesto de acuerdo con su cliente en presentar una demanda, priorizan el resultado positivo del juicio, trabajando en lo que se denomina como “honorarios de contingencia”, no cobrando de su cliente ningún dinero por sus servicios hasta una resolución positiva del caso.
Un hombre que pierde una de sus extremidades debido a un diagnóstico erróneo tendrá que afrontar las consecuencias durante el resto de su vida: su empleo, relación familiar, autosuficiencia, etc. se verán terriblemente afectados. Si queda impedido de trabajar y le es imposible apoyar a su familia, entonces el doctor o institución responsable de la negligencia debe asumir su culpa y compensarle por el dinero que ya no llevará a casa.
Los casos que llegan a juicio son siempre por dinero, por el dinero que será necesario para que la persona damnificada siga adelante con su vida enfrentando las consecuencias de la negligencia de un tercero.