Además de las amplias oportunidades y desafíos del acceso al crédito y la deuda de tarjetas de crédito, la comunidad latina también se enfrenta a una porción desproporcionada de estafas de tarjetas de crédito y a episodios de trato discriminatorio.
En un informe reciente de amplio alcance sobre el fraude al consumidor en los Estados Unidos, la Comisión Federal de Comercio (FTC) encontró que los latinos eran más propensos que los blancos a haber sido víctimas de fraude al consumidor, particularmente estafas relacionadas con deudas, como promesas falsas para reducir la deuda de tarjetas de crédito, proporcionar un «seguro» de tarjeta de crédito o reducir las tasas de interés a cambio de una cuota sustancial.
La FTC encontró numerosos casos de fraude relacionado con tarjetas de crédito que victimizaban a los consumidores latinos tanto en inglés como en español, pero sugirió que los consumidores que intentan manejar situaciones y complejas transacciones financieras en inglés cuando no tienen un dominio completo del idioma pueden ser particularmente susceptibles al fraude.
El idioma también fue un problema en el acuerdo del gobierno federal sobre la discriminación de tarjetas de crédito más grande de la historia, una resolución alcanzada en junio de 2014 con GE Capital Retail Bank. En este caso, la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB) descubrió que el banco excluyó a 108,000 titulares de tarjetas de crédito de los programas promocionales que ofrecía para ayudar a los consumidores con puntajes de crédito bajos y saldos de tarjetas de crédito altos para reducir su deuda de tarjetas de crédito.
Según el CFPB, GE Bank “no extendió estas ofertas a ningún cliente que indicara que prefería comunicarse en español o que tenía una dirección postal en Puerto Rico, incluso si el cliente cumplía con los requisitos de la promoción. Esto significó que a las poblaciones hispanas se les negó injustamente la oportunidad de beneficiarse de estas promociones… los clientes no recibieron ninguna oferta en ningún idioma, incluido el inglés, y no sabían que estaban siendo discriminados”.
Finalmente, la empresa acordó pagar $169 millones a los titulares de las tarjetas en compensación y pagar multas adicionales por su mala conducta. “Los consumidores merecen un trato justo sin importar dónde vivan o qué idioma hablen”, anunció el director de CFPB, Richard Cordray. Desafortunadamente, la continua prevalencia del fraude y la discriminación con tarjetas de crédito dirigidos a la comunidad latina indica que el trato justo aún no es una realidad.