Como muchos de ustedes, la noche del 12 de marzo de 2020 me fui a la cama con mucha preocupación. En el lapso de unas pocas semanas pasamos de sentir que la actual crisis de salud estaba a un mundo de distancia a enfrentar el impacto directo en nuestras propias vidas. A primeras horas de la tarde, el Departamento de Educación de Nuevo México había optado por cerrar todas las escuelas públicas del estado durante tres semanas debido a la pandemia de COVID-19 / Coronavirus. Mi principal preocupación fue pensar cómo las familias de nuestro estado que dependen en gran medida del sistema escolar público para la alimentación y el cuidado de sus niños iban a sobrevivir si la escuela ya no era una opción. Parece que nuestros distritos escolares estatales y locales y muchos voluntarios están trabajando para ayudar a las familias con estas necesidades.
Mi siguiente pensamiento fue para las familias a las que servimos en nuestro trabajo como abogados de derecho de familia. Como si el estrés de un divorcio o separación no fuera suficiente (vea «el manejo de finanzas durante un divorcio«), ahora los padres deben desarrollar un plan para las próximas semanas, y tal vez más tiempo, mientras sus hijos estén fuera de la escuela. Muchos Planes de Crianza incluyen disposiciones relacionadas con los intercambios de «custodia física» que tienen lugar en la escuela. Por ejemplo, uno de los padres puede ser responsable al terminar el fin de semana, luego de su período de tiempo compartido, de devolver a su hijo a la escuela el lunes por la mañana y el otro padre debe recogerlo ese día, al finalizar el horario de clases, para comenzar su período de responsabilidad. Ahora la pregunta que enfrenta el padre no es sólo de quién es el «tiempo» cuando los niños no asisten a la escuela, sino también de quién es la «responsabilidad» de encontrar quién cuidará a sus hijos si ambos padres seguirán trabajando mientras no haya clases. Además, para muchos niños, este período de suspensión de clases se entrecruza con las vacaciones de primavera de su escuela. Los Planes de Crianza a menudo incluyen una cláusula para las vacaciones de primavera que puede dividir el tiempo en partes iguales, por ejemplo, o alternar años con cada padre o simplemente seguir la organización «normal» de tiempo compartido con cada uno. Muchos padres planeaban salir con sus hijos fuera de la ciudad, pero ahora se enfrentan a decidir si el transporte aéreo es seguro y a tener que decirles a sus hijos que el parque de diversiones al que planeaban asistir ahora está cerrado.
Para complicar aún más las cosas, las personas suelen enfrentar cambios en su “red de apoyo” durante un divorcio o separación. Esto podría incluir a los suegros que siempre han colaborado en el cuidado de sus nietos, pero que ahora puede que estén dispuestos a ayudar solamente a su propio hijo con los niños y no a la ex pareja. También podría suceder que, al haber una mudanza reciente, aún no se haya desarrollado un sistema de apoyo vecinal. O, como ocurre en tantos divorcios, que los amigos de la pareja elijan quedarse de “un lado” o del otro, o bien se distancien de ambos. Por lo tanto, puede que cuando realmente necesite a su tribu, las personas en las que había confiado siempre, ya no estén más allí para usted. Este es un aspecto increíblemente difícil del divorcio, pero especialmente durante una crisis como la que estamos viviendo ahora.
Sin referirme demasiado a mi vida personal, cuando ocurrió lo del 11 de septiembre justo estaba pasando por un divorcio y esto se siente muy similar. Se experimenta una increíble soledad al querer recurrir a tu cónyuge durante una crisis solo para darte cuenta de que ya no forman una pareja, y que mucho menos se desea criar a los hijos conjuntamente. La mayoría de los padres durante una crisis quieren mantener a sus hijos cerca y a salvo. Dado que el virus COVID-19 es extremadamente contagioso, todos queremos asegurarnos de que nuestros hijos estén sanos y que no se expongan a ningún peligro, mientras probablemente estemos también, al mismo tiempo, cuidando a nuestros padres mayores y tratando de protegerlos. El impulso de mantener a nuestros hijos a la vista es muy real, sin embargo, al mismo tiempo, se nos pide que compartamos la crianza con alguien en quien quizás ya no confiamos totalmente para proteger a nuestros hijos. Estamos tratando de equilibrar todo eso también con la necesidad de trabajar para pagar las deudas crecientes por tener que mantener ahora dos hogares en lugar de uno y los posibles costos, que no habíamos planeado, para el cuidado de los niños. Esta mañana me dolió el corazón de empatía al recordar la extrema incertidumbre que sentí durante ese tiempo en septiembre de 2001, cuando todos estos pensamientos se me pasaban por la cabeza.
¿Cómo es «correcto» actuar en términos de co-paternidad durante una crisis como esta? Si es posible, sea amable con el otro padre / madre de su hijo. Si la amabilidad es demasiado pedir, al menos intente un intercambio cortés y “profesional”. Sus hijos carecen de la estabilidad de su escuela y posiblemente del contacto diario con sus amigos y red de apoyo; no necesitan sentir que, además de eso, sus padres tampoco le brindan estabilidad. Trate de estar abierto a la posibilidad de que cada uno de ustedes necesite ayuda durante este tiempo. Muchos empleadores están tratando de ser flexibles con los horarios de trabajo, por lo que éste podría ser momento de relajarse en cuanto a los períodos normales de tiempo compartido y tratar de descubrir qué funciona realmente tanto para ustedes dos como para sus hijos. Este no es un momento para ser legalistas ni para exigir la recuperación del “tiempo perdido”. Padres y niños en todo el país están reprogramando sus viajes, por lo que éste puede ser un momento adecuado para analizar los planes futuros y ver si hay algo que se pueda resolver ahora o si debe posponerse hasta que sepamos con mayor claridad qué sucederá en los próximos meses. Además, las actividades extracurriculares de muchos niños se están cancelando. Esto puede hacer que los niños se sientan «aburridos» y frustrados. Una posible idea es que cada padre piense en cosas que el niño podría disfrutar y ofrecerle tiempo al otro padre para que haga esas cosas. He visto en línea excelentes listas de actividades seguras para hacer con niños mientras están fuera de la escuela.
Al final, lo «correcto» es lo mejor para sus hijos. Los padres sensatos pueden discrepar en cuanto a lo que es mejor para su hijo en particular. Trate de comenzar con la suposición de que, incluso si el otro padre no actuara exactamente como lo haría usted, probablemente ambos estén tratando de hacer lo correcto, cada uno desde su perspectiva. Busque en lo más profundo de sí mismo para ofrecer un poco de generosidad de espíritu y muy posiblemente verá que esto le es devuelto por el otro padre. Por lo tanto, adelante, cargue esa mochila con actividades divertidas y desinfectante para manos y prepárese para compartir una experiencia de intercambio; demuestre a su hijo que en este mundo de incertidumbre puede contar con usted para mantener sus vidas estables.