Los accidentes laborales causan la muerte de muchas personas cada año. Otros tantos reciben lesiones de gravedad considerable y con consecuencias para toda la vida. Las estadísticas nos señalan que aproximadamente cada 7 segundos (en el estado de Texas) ocurre un accidente en el trabajo.
Si hacemos un repaso de cuáles son los accidentes laborales habituales y sus consecuencias, encontraremos las siguientes lesiones más frecuentes:
- Lesiones de espalda. Son muy comunes las fracturas o lesiones espinales producidas en accidentes laborales porque nuestra columna vertebral puede recibir golpes fuertes en caídas, o resentirse a raíz de malos movimientos.
- Lesiones de rodilla y tobillo. Distintos accidentes en el trabajo pueden suceder y provocar daños en tu rodilla y/o en tu tobillo. Estas lesiones a veces son altamente traumáticas, pudiendo provocar en algunos casos disfunciones permanentes.
- Lesiones de hombro. El manguito rotador, que comprende un grupo de músculos y tendones, cuya función es mantener el hombro estable, corre el riesgo de dañarse seriamente en un accidente de trabajo.
- Fractura de huesos y rotura de tendones. Las fracturas óseas y los daños en ligamentos figuran entre las lesiones de trabajo más frecuentes. Es común en muchos trabajos realizar tareas en altura o sobre escaleras. De este modo, nos arriesgamos a sufrir caídas en las que pueden producirse fracturas y otras lesiones de consideración.
- Amputaciones. En la mayoría de los casos, los accidentes de amputación suceden como resultado del uso de maquinarias, o a través de herramientas de corte como diferentes tipos de sierras. Estas amputaciones incluyen dedos, manos, brazos, piernas, pies. Las consecuencias de sufrir una amputación pueden ser catastróficas, no sólo para la salud del cuerpo, sino además para la salud mental y emocional.
- Lesiones cerebrales. Frecuentemente en las tareas laborales la cabeza está expuesta a golpes y contusiones que pueden provocar graves traumatismos. Quien sufre estas lesiones puede incluso poner en peligro su vida. El manejo de maquinarias, realizar tareas en altura y el traslado de materiales ponen en riesgo nuestra salud y algunas veces un simple casco protector no es suficiente para evitar salir lesionado.
- Quemaduras. Las quemaduras se clasifican en 4 grados, de acuerdo a su gravedad. En nuestro trabajo podríamos estar expuestos a ellas, ya sea que debamos utilizar fuego, manejar sustancias químicas o trabajar en una empresa de electricidad, por ejemplo. Estas lesiones se encuentran entre las más comunes.
- Descargas eléctricas y electrocuciones. Muchos trabajos ponen en riesgo a las personas que realizan tareas en contacto con corrientes eléctricas, en ocasiones con voltajes muy elevados. El riesgo laboral en trabajos que implican el uso de la electricidad es altísimo. Siempre está presente el peligro de perder la vida por electrocución o de recibir descargas que nos provoquen lesiones de diferente gravedad, con posibilidad de consecuencias sumamente negativas y duraderas.
- Lesiones por inhalación. Estar expuesto a productos químicos o polvo de sustancias en nuestro trabajo puede causar serias complicaciones a la salud. Algunas sustancias como los compuestos de arsénico o los hidrocarburos pueden provocar cáncer. Algunos otros gases y polvos en suspensión pueden provocar alergias y hasta graves afecciones en los pulmones y vías respiratorias.
- Lesiones oculares. Muchos daños a nuestra vista pueden producirse como resultado de chispas que llegan a los ojos cuando se trabaja en soldadura. Otras heridas pueden ser producidas por objetos punzantes, cortantes, o elementos que caen o salen volando.
- Hernias inguinales. Las tareas muy exigidas o el levantamiento de elementos muy pesados en el trabajo pueden causarle al trabajador lesiones inguinales por realizar esfuerzos mayores a los que normalmente una persona puede realizar.