Un abogado especialista en derecho de familia trabaja en aquellos aspectos legales en los que se ven involucradas diferentes situaciones enmarcadas en el contexto familiar. Los casos que llevan adelante estos profesionales son presentados ante jueces y en ámbitos jurídicos conformados para tal fin, denominados juzgados o tribunales de familia.
Las situaciones en las que participan los abogados de familia son innumerables y dentro de ese amplio universo legal se pueden encontrar: divorcios, acuerdos pre-nupciales, matrimonios y uniones de hecho, adopciones, paternidad, sustento, custodia y visita de niños, sucesiones y herencias, etc.
A continuación vemos algunas de las cualidades que un buen abogado en derecho de familia debe poseer.
Especialización
Un buen abogado de familia debe ser un amplio conocedor del derecho civil. Un profesional de las leyes en derecho familiar debe convertirse en un experto en el área de familia en la que ha elegido trabajar. La excelencia en conocimientos técnicos específicos será una de las claves de su éxito.
Existen diferentes capacitaciones acordes a esta especialización como por ejemplo, el Master Universitario en Derecho de Familia. Este posgrado logrará capacitar a un profesional en leyes en todo lo relacionado a los conflictos y situaciones de familia en las que se verá involucrado.
Vocación de servicio
Un abogado de familia debe poseer una gran vocación para llevar adelante su trabajo. En esta área específica le tocará representar casos de gran impacto emocional en donde necesitará fortaleza, motivación y capacidad de servicio a toda prueba. Muchos casos de derecho de familia suelen ser complicados y dolorosos desde un punto de vista humano. Es por ello que la vocación y pasión por su trabajo llevarán al abogado de familia a no abandonar el caso hasta haber conseguido una solución, un acuerdo, un final favorable para sus clientes.
Capacidad de mediación
Un abogado de familia debe ser capaz de dialogar y favorecer el diálogo y el intercambio de opiniones entre las personas para llegar a mutuos entendimientos. Antes de llegar a un juicio y enfrentar a un tribunal es muy posible en esta área del derecho de familia llegar a acuerdos convenientes para todas las partes.
En un conflicto familiar no solo se mezclan diferentes intereses, sino que se pone de manifiesto una importante carga psicológica y emocional. Un diálogo profundo y ameno entre todos logrará relajar las tensiones, reducir los malos entendidos y avanzar hacia un acuerdo conforme a la ley.
Un buen abogado de familia deberá desarrollar la capacidad de evitar las confrontaciones, dando un trato amable a cada persona, reduciendo el estrés y evitando mayores conflictos.
Sensibilidad y empatía
Las reclamaciones de orden familiar tienen la particularidad de que interpelan nuestro ámbito personal. Esto exige al abogado una sensibilidad muy especial, ya que como se citó anteriormente, esta rama judicial del derecho de familia es la que posee la mayor carga emocional.
Como muestra basta comprender las dificultades que conlleva transitar la dolorosa experiencia de un divorcio. Frustraciones, reclamos de todo tipo, enojos, tristezas, conflictos por los hijos, si los hubiera, son características muy propias de una separación. O también puede analizarse la ansiedad que representa para una pareja adoptar un hijo, debido a la diversidad de emociones por las que se debe atravesar desde el inicio hasta el final del proceso legal.
El abogado de familia debe comprender esas ansiedades, esos sentimientos tan humanos y profundos, a fin de saber cómo ayudar a sobrellevarlos, dando lo mejor de sí para la resolución favorable de estos casos.
El abogado de familia debe saber ponerse en el lugar de las personas implicadas, desarrollando una empatía extraordinaria, de gran calidez humana, para poder realizar su trabajo adecuadamente.
Seguimiento
Está claro que tu abogado de familia no podrá dedicar todo su tiempo exclusivamente para tu caso, sin embargo los buenos abogados estarán día a día pendientes y siguiendo cualquier cambio o avance en la causa. Asimismo tu abogado de familia debe permitirte, si así lo solicitas, mantenerte al tanto de todas las novedades que vayan surgiendo. Esta posibilidad de seguimiento que debe ofrecerte tu abogado, sin restricciones ni obstáculos, es una de las más importantes cualidades de un buen abogado de familia.
También es su obligación, aunque no se le haya pedido, el informar a su representado acerca de todos los detalles que vayan surgiendo en relación con el proceso legal.
Una relación de suma confianza y sinceridad debe primar entre abogado y cliente. Con este trabajo conjunto se puede y se debe estar siempre en conocimiento sobre la evolución y el estado de la causa judicial.