¿Son realmente irresponsables los Millenials?
La generación Millennials incluye a quienes nacieron entre los años 1980 y 1995, aproximadamente, y reciben dicha denominación porque se hicieron mayores justo con el cambio de milenio. Se trata de un fenómeno de nuestro tiempo muy difícil de definir con claridad, pero a grandes rasgos se dice que estos jóvenes están influenciados ampliamente por la era digital, viven hiperconectados y poseen un sentido social y moral elevado.
También se afirma que los millennials esperan que se les entregue todo en la vida sin hacer el esfuerzo correspondiente; es por ello que se les ha tildado de perezosos. Si bien esta mala reputación los acompaña, los problemas de esta generación podrían tener múltiples causas. Probablemente los integrantes de este grupo sean una muestra clara de las fallas que la sociedad en su conjunto -sumando a padres y educadores- ha cometido y que seguramente los haya convertido en lo que son.
Los padres “helicópteros”
Esta generación tiene en común que está marcada por un modelo de padres muy característico. Su actitud demasiado sobreprotectora y controladora los ha llevado a la denominación graciosa y ocurrente de “padres helicópteros”, que están permanentemente “sobrevolando” sobre su hijo, “supervisando” su vida.
Un padre helicóptero es capaz de ir hasta la escuela de su hijo a discutir con el profesor sobre una mala nota. Esto coloca al educador en el lugar del culpable de esa mala nota y a su hijo en el papel de víctima. Esta actitud de algunos padres actuales en otra época era realmente impensada y hasta descabellada. Quizás en otros años se caía en el error opuesto de considerar que “todo” era pura responsabilidad del alumno. Es necesario en esto ser consciente y encontrar un equilibrio. Si bien siempre buscamos lo mejor para nuestros hijos, también debemos enseñarles a aceptar y a hacerse cargo de sus fallas para poder mejorar.
Apasionadamente y de “todo corazón” un padre sobreprotector defenderá a su hijo si se lo acusa de haber hecho algo malo en el vecindario, y aún en el caso de comprobarse su culpabilidad, a la mayoría de estos padres helicópteros le costará aceptar la responsabilidad de su hijo en el hecho, porque tienden a pensar que sus hijos son perfectos.
Esta tendencia a sobrevalorar las capacidades de su hijo puede a la larga ser muy perjudicial para su desenvolvimiento en el mundo adulto. Papá y Mamá no estarán siempre allí para defenderlo y cuando ya se inserte en el mundo del trabajo, cometa muchos errores, no sea responsable o simplemente no se interese en hacer bien su trabajo, irá en camino de ser despedido.
Todos los padres queremos lo mejor para nuestros hijos pero debemos entender que darle “todo” por amor, sin requerir un esfuerzo a cambio es llevarlo por un camino de irresponsabilidad que podría producirle un daño en vez de un beneficio.
Es muy importante además saber utilizar los “límites” en su educación. Por ejemplo, si le damos dinero ilimitadamente, ellos creerán que el dinero existe porque sí, sin comprender que se recibe trabajando, produciendo, y recibiendo la compensación monetaria consecuente.
La mayoría de estos jóvenes Millennials son personas excepcionales y nosotros como padres debemos acompañar sanamente su crecimiento, buscando fortalecer su seguridad y capacidad, pero sin fomentar un excesivo proteccionismo ni buscar evitarles todo el tiempo la frustración. Saber dominar la posibilidad de errores y fracasos es parte de un sano crecimiento y deberán lidiar con ello durante toda su vida.
Hay que pensar que su mala reputación y su imagen de perezosos e irresponsables no sean quizás por su exclusiva responsabilidad. Como padres debemos hacer una auto-reflexión para buscar también las razones en la misma educación permisiva con la que los hemos estado acompañando.